Una medición de lo que perdemos en nuestras ciudades

Traducen en números los recursos que se van y podrían convertirse en obras y empleo. El efecto del Impuesto a las Exportaciones en nuestras vidas. Cálculos sobre hospitales, escuelas y pavimento. Más de 3.500 empleos por zona. También industrias y caminos. El impactante caso testigo “Región Pergamino”.

El informe le pone números a posibilidades que quedan truncas para cada argentino en su región. El estudio elaborado por FADA (Fundación Agropecuaria para el Desarrollo de Argentina) pone en cifras lo que el Impuesto a las Exportaciones, conocido como Retenciones, le quita a las ciudades y regiones de nuestro país. 

Aquí va un dato llamativo que nos afecta vivamos donde vivamos: “Con un año de Impuesto a las Exportaciones de una sola región, se podrían financiar 10 hospitales, 100 escuelas y 7300 cuadras de pavimento de esa región”.  Este dato se desprende de la investigación de tres localidades: Pergamino, Salto y Rojas, agrupadas como “Región Pergamino”, y que es un ejemplo aplicable a otros grupos de ciudades, regiones o zonas productivas del país.

El trabajo se presentará el viernes 18 de diciembre a las 19 horas en una charla virtual vía Zoom, con voceros de FADA y de la Fundación por Pergamino.

El informe también pone en cifras las inversiones en industrias, producción y generación de empleo que podrían hacerse con esos recursos que se van a través de este impuesto. Siguiendo el informe, en sólo un año de Impuesto a las Exportaciones de una región, alcanzaría para instalar una planta de bioetanol, 10 plantas eléctricas de biogás, un molino harinero, 10 granjas de cerdos, un frigorífico de cerdos y otro de bovinos.  Estas inversiones que se ponen como ejemplo de lo que se podría hacer, tienen el potencial de crear empleo para 3500 personas. “Es decir que, generalizando este ejemplo, con un año de este Impuesto, perdemos la posibilidad de generar 3500 empleos anuales en cada región productiva”, señala Miazzo.

 “Este trabajo llega en un momento donde las discusiones sobre la coparticipación de impuestos son un tema en la agenda nacional y los derechos de exportación son el componente principal de esta discusión. Los resultados dan cuenta del impacto regional que tienen este tipo de impuestos, muestra contundentemente la cantidad de recursos que parten de las regiones y no vuelven”, expresa César Belloso, productor agropecuario y miembro de la Fundación por Pergamino. 

Otro dato de lo que perdemos para nuestras ciudades revela que:  un año de Impuesto a las Exportaciones equivale a cuatro Presupuestos Municipales en un partido como el de Pergamino, extrapolable a otras similares. La “Región Pergamino” cultiva más de medio millón de hectáreas de soja, maíz y trigo, y produce casi 4 millones de toneladas de granos. Eso equivale a 1 de cada 10 toneladas de los granos de toda la provincia de Buenos Aires. El aporte de cada partido en concepto de derechos de exportación equivale a 4 veces el presupuesto municipal de Pergamino, 4,4 el de Salto y 4,8 el de Rojas.

“Otro ejemplo de lo que pierde la región por los Impuestos a la Exportación, es que el aporte equivale a reconstruir y estabilizar 3.600 km de caminos rurales por año.

Además de las inversiones que no se dan, otro punto a destacar es cómo se ve afectada la rueda productiva con cada peso o dólar que no llega a la región. “Por ejemplo, para transportar la producción de la zona, son necesarios casi 200 mil fletes de camión con un valor de 56,7 millones de dólares. A su vez, intervienen en la siembra, cuidado y cosecha una inversión de 173 millones de dólares en maquinaria agrícola. Esto da empleo a choferes, mecánicos, también consumen combustible, además de la propia producción y comercialización de la maquinaria y camiones en sí. También intervienen otras cadenas productivas: “se invierte anualmente en fertilizantes 35 millones de dólares, en semillas 41 millones y 45 millones en sanidad vegetal”, se activa toda la cadena de producción, comercialización y distribución de estos insumos. Y así podríamos seguir enumerando ejemplos”, comenta Miazzo.

“La discusión sobre los derechos de exportación a la producción agropecuaria suele estar enfocada en el rol fiscal que cumplen y en los impactos negativos que pueden generar sobre las exportaciones agropecuarias del país, sin embargo, no se suele tener en cuenta cómo afectan a las regiones productivas”, destaca Miazzo. Este impacto es sustancial en las zonas donde su principal actividad productiva está gravada con derechos de exportación como es el caso de la región de Pergamino, Rojas y Salto. “Con las retenciones se pierden inversiones en salud, educación, seguridad como así también empleos. Todo esto tiene un impacto negativo para las posibilidades de desarrollo local integral”, afirma Belloso.

La presión tributaria promedio a nivel país es de casi el 30%, sin embargo, la presión tributaria en la región analizada alcanza el 38% en el caso del maíz, el 41% en el trigo y el 53% en la soja.

La producción de soja, maíz y trigo de la zona analizada tiene un valor de 1.223 millones de dólares y genera un aporte de DEX de 295 millones de dólares. Si se suman otros impuestos nacionales, provinciales y municipales, el aporte tributario total alcanza los 437 millones de dólares. 

El Informe de FADA a través de las mediciones y cifras deja al descubierto cómo el Impuesto a las Exportaciones (Retenciones) genera efectos regionales negativos traducidos en un menor federalismo fiscal, menores recursos económicos a nivel local y un menor nivel de inversión y producción.

ENLACE AL INFORME COMPLETO

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