Maíz tardío: Secar o no secar, esa es la cuestión

Impacto del momento de cosecha sobre el margen bruto y la rentabilidad de maíces tardíos.

AUTORESMarianela Sabrina DE EMILIO , Tamagnone, M , Miguez, L , Facundo Javier FERRAGUTI

UNIDADESC.R. Santa FeE.E.A. OliverosTotorasCañada de GómezLas RosasArroyo SecoMáximo PazRoldánCasildaVenado Tuerto

A continuación se enumeran factores que influyen en la performance agronómica del cultivo, el contexto internacional del precio del commodity y el costo del flete como determinantes del margen bruto y la rentabilidad de un maíz tardío.

El cultivo

Desde la introducción de híbridos con eventos biotecnológicos para la protección contra lepidópteros, el área destinada al cultivo de maíz tardío se ha incrementado progresivamente. Actualmente, la superficie se consolidó a lo largo de todo el país y, según estimaciones recientes, ocupa más del 50% del área nacional destinada a la siembra de maíz (Gayo & Brihet, 2018).

Una de las principales razones de la expansión del maíz tardío es la reducción de los riesgos ambientales que supone esta estrategia. Los maíces de fecha tardía tienen menos probabilidad de sufrir golpes de calor y la oferta hídrica durante el período crítico es más estable comparado con maíz de primera (Maddonni, 2012). No obstante, durante el período vegetativo y reproductivo temprano se encuentran expuestos a mayor presión de insectos (Gamundi & Perotti, 2014)y las condiciones de altas temperatura y lluvias frecuentes generan un ambiente propicio para enfermedades foliares y de espiga (Couretot et al., 2016).Esta presión de insectos y enfermedades, sumada a un período de secado prolongado, determina que las siembras tardías tengan niveles mayores de micotoxinas (Blandino et al. 2009) (Martinez & Moschini 2014).

La cosecha

Un aspecto siempre problemático al momento de la cosecha de maíz de fechas tardías es definir la humedad de grano a la cual se va a realizar la operación. La práctica más difundida, entre productores y asesores, es dejar el cultivo en pie durante todo el invierno a la espera que el grano alcance un porcentaje de humedad lo más cercano posible al valor de entrega (14,5%). Los que sustentan esta práctica aducen que el objetivo es minimizar el impacto de la merma física y el costo de secada sobre el margen bruto (MB) del cultivo.

No obstante, Ferraguti (2018)en un trabajo donde se recopiló experiencias empíricas a lo largo de 4 campañas consecutivas de maíz tardío, indicó que secar a campo no siempre implica obtener mayor margen bruto, sobre todo si se tiene en cuenta los costos de control de malezas que se trasladan al cultivo estival siguiente. Adicionalmente, la permanencia prolongada del cultivo en el campo produce un aumento del porcentaje de plantas volcadas, la disminución de la calidad comercial y, debido a la presencia de hongos que colonizan progresivamente las espigas, aumentan los niveles de micotoxinas en los granos, incluso a niveles que inhabilitan su consumo (Chulze et al., 1996) (Presello et al., 2007).

La duración del secado desde madurez fisiológica a la humedad de entrega (14,5%) depende tanto de características del híbrido como de las condiciones ambientales. El secado de grano a campo en maíz tardío tiene típicamente dos fases: Una fase inicial (F1) donde la pérdida de humedad es rápida debido a la gran diferencia entre el contenido de agua del grano y la demanda atmosférica y, a partir de un punto de inflexión (Pi), una segunda fase (F2) donde la tasa de secado es una fracción de la tasa en F1.

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